8 ene 2012

Dos mil doce lágrimas.


Qué triste es empezar un nuevo año de esta manera. Para ser este mi año, desde que empezó, he llorado todos los días, quizá más de una y de 10 veces cada uno. Diríase que puede ser el peor comienzo de año de todos los que lleva mi vulgar existencia pululando por el mundo. Pero igual podría decirse que el final del año que se fue, ha sido el peor final de año de todos los que le preceden. Quizá estos pocos días de llanto son simplemente consecuencia de la carga emocional que dos mil once dejó en mi estúpida persona.

Qué triste es darse cuenta de las cosas. Tarde. "He hecho tantas cosas mal que la única solución que veo PLAUSIBLE es fugarme a EEUU, cambiar de aspecto e identidad, y empezar de cero." Aún así, diría yo querida Ms. B.T, que lo mismo nos daría. Mientras nos queden neuronas para sentir, recordaremos, y seguirá doliendo igual, aunque desde lejos. La distancia y el tiempo no hacen el olvido, no lo hacen. De verdad que no. 

La distancia sólo hace inmaterial la pesadumbre y el desasosiego. Hace intangible la pena y la desgracia, el malestar. Sólo hace que en vez de ver y tocar el dolor, se quede en un rincón de ahí arriba, delirando y desvariando cada minuto de cada instante de la vida, de la MI vida.

El tiempo sin embargo, es engañoso, cruel, tramposo, vil y traidor. Cuando crees que te ayuda con su paso, te das cuenta de que tu cerebro siente, SIENTE, que todo sigue igual que ayer... Que el maldito tiempo en realidad se ha estancado, y todos tus días son el puto día de la marmota. Que en cada lugar de cada zona de cada sitio de cada esfera seguirás siempre igual: llorando cada día, y muriendo cada noche.


Es incomprensible que con todas las cosas buenas y bonitas que le han pasado a mi persona, mi cerebro quiera centrar toda su puta atención en las cosas que ya nunca tendré, y en cómo las echaré de menos toda la vida. Toda la MI puta vida.

Me estoy desintegrando por momentos.

2 comentarios:

  1. ¿Qué tal si vemos la peli del día de la marmota (con helado de nueces de macadamia, por supuesto) y vemos cómo se resuelve la cosa? Porque, ¿sabes? en esta vida, menos la muerte, todo tiene solución. O al menos me consuelo pensando eso.. De todos modos, si no la tiene, hay que aprender a seguir con la pesadumbre. Apuntémonos a un sursillo intensivo de "mente curativa" a ver si..

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  2. Cuando digo "sursillo" quiero decir "cursillo", creo..

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