21 ene 2014

Las comparaciones son odiosas.

Es terrible la comparación. Es terrible querer saber y no poder. ¡QUERER SABER!
      
           Y las teclas ya no vuelan como antes. 

Qué fatal resulta el hecho de sentir que por mucho que te empeñes jamás serás una milésima parte de lo que otro es. Y da igual si te lees y te gustas. ¿Eso qué más da? 

Es triste que un silencio valga para decir lo horribles que suenan tus palabras, para recordarte.que.no.sabes.ni...
redactar ni
 ...puntuar,
ni
hacer
versos con-
sentidoS.

¡Qué pena! Con lo bonito que es sentirse valorada, y lo difícil que resulta cuando no eres nada. Nada.

¿Cuánto hace que no escribía? He de confesaros que aunque no haya publicado por aquí desde hace casi un año, no he dejado de hacerlo del todo nunca. De hecho, puede que nunca lo haga.

¿Y por qué hoy? Obvio: porque tengo que estudiar y no me da la gana.

Me apetece escribir un cuento. ¿Alguien me da una idea? Ya escribí sobre mi entierro, y sobre el asesinato de mi ficticia hermana. Escribí sobre una niña que quería volar, y también sobre un tal Alex y una tal María. Ya escribí sobre Emma y Marta, sobre Él y Ella, sobre Soledad, y sobre muchos otros. Qué bobería. Si todos mis personajes son yo en mayor o menor medida. Por eso he escrito diarios una y otra vez; en folios, en cuadernos, en word, en notas, en hojas de cuadros, en borradores, en blogspot, en libretas varias, con boli, con pilot, con lápiz (para poder borrar), con teclas grandes, con teclas pequeñas, DA IGUAL. El caso es que no he dejado de hacerlo del todo nunca. 


Y es posible que nadie entienda nada, pero ¿qué más da? al fin y al quepo, a mí no van a publicarme. El papel satinado y las portadas bonitas se quedarán en mi pobre y desgastada/disgustada imaginación. Que como bien sabéis, siempre ha volado. 
Siempre HE volado de un modo u otro. Y 
aunque a veces 
de repente
últimamente
perece que tengo los pies sobre la tierra...

...supongo-SUPONGO-supongo que 
no he dejado de hacerlo del todo nunca.


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