26 oct 2012

Anochece

Es el crepúsculo la hora propia del escritor romántico. 
Es la oscura noche donde se refugia 
y dormita entre la bruma de sus pensamientos. 
Descansa de su incompleta vida mientras se sumerge 
en sus propias letras unidas por el zumbido de unos sentimientos 
que ya no saben si sienten, piensan, quieren o desean. 
Es la oscuridad lo que más teme y a su vez lo que más adora y venera. 


Todo es culpa del miedo. 


Grita. 
Llora. 
Patalea. 

Y entre balbuceos se queja. 

Se queja. 
Se queja. 


Quiere escapar, 
pero no se deja. 

No se deja.








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