17 ago 2012

Las cosas no se superan.




Hoy le he dicho a Miss BT que cuando mejores cosas he escrito ha sido cuando he manchado el teclado de lágrimas. Este no es el caso, así que podéis parar de leer aquí. No esperéis nada bueno. No estoy llorando.


Y después de este aviso, procedo a contar mi historia. Érase que se era, una chiquilla que un día reflexionó sobre su vida, y llegó a la siguiente conclusión: "Las cosas no se superan."





¿Por qué?




"Muy sencillo. Si te ocurre un suceso A, extra doloroso a la par que jurásico, a ti te duele, y tú lloras. ¿No? Y cada vez que lo recuerdas, vuelves a llorar. ¿Hasta ahí bien? Bueno, pues el problema es que al principio lo recuerdas cada segundo de tu vida, después cada minuto, seguidamente cada hora, a continuación cada día, y luego cada semana, cada mes, dos meses, cada seis, cada año... Pero cada vez que tu mente revive el momento, con lágrimas que mojan o de las que van por dentro, vuelves a llorar. Sientes. Entonces es cuando tú te dices a ti y a la gente que lo has superado, pero simplemente tu mente ha sido capaz de dejarlo relegado a un segundo plano. Un segundo plano que duele cada vez menos si otros sentimientos crecen encima. Si encima no hay sentimientos, aquello se vuelve ampolla y supura cada cierto tiempo. Y mientras los días van pasando, tu alma se va cerrando, se vuelve huraña y no quiere sentir nunca más. Se convence de que jamás encontrarás a nadie que te quiera del mismo modo, y te convence a ti también. ¡Maldita alma! ¿Quién se ha creído para sumir a tu persona en ese horrible ahogo de soledad? Es eso lo único que sientes cuando los días pasan y la historia sigue los derroteros de siempre: un fracaso tras otro. Simplemente soledad"

Todo esto ha sacado como conclusión (creo que algunas cosas más), y sólo le han hecho falta unos cuantos estupefacientes, y una oreja amiga que la ha sabido escuchar.

Y esta es la historia de una chiquilla que siempre ha querido volar, y que espera cada día, inmersa en su soledad, que alguien le invite a hacerlo.

¿Volamos?

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