28 jun 2012

Dear Diary...

¿Y si empiezo a escribir un diario? Sé que lo dejaría a los dos días, como todo. Y que volvería a los meses diciendo "Querido Diario, sé que hace mucho tiempo que no te escribo pero..." Por eso en vez de abrir un libro vacío y empezarlo, pues escribo aquí, que al fin y al cabo para eso es un blog.

Hoy ha sido un absurdo día más. Son las 17.11 de la tarde y lo único que he hecho en todo el día es hacer la comida, comer, y pasarme un juego del móvil. Y ya. Me he dado cuenta de que cada vez utilizo menos parte de mi cerebro. Lejos de evolucionar, yo involuciono. Qué triste. Me he dado cuenta de que me siento vacía. Ya casi no me duelen las cosas, sólo estoy vacía, estoy como en otro mundo. Sin ganas. Y encima este calor que me derrite las neuronas... Pues eso, que he hecho un pollo con champiñones y cebollita para chuparse los dedos. Eso sí que se me da bien, cocinar, pero sobre todo comer lo cocinado. Creo que por eso soy tan buena cocinera, porque soy mejor comedora, y claro, prefiero comer cosas ricas. Es una cadena. Si p entonces q. Lógica aplastante.




Y ahora la tele de fondo y el ordenador, las teclas, y yo, intentando "escribir un diario". Y ahora que lo dices, me pregunto a mí misma ¿Estás donde querías? Pues no, claro que no. Pero eso lo llevo intrínseco. Quizá me equivoqué con muchas, con demasiadas decisiones en mi vida. Y preguntarme si estoy donde quería es tan absurdo como incoherente. Primeramente porque nunca quise estar en ningún sitio, siempre fui de dejar la vida correr, por donde ella misma quisiera, sin ponerle trabas ni cambiar el rumbo. Siempre lo dejo correr. Y quizá ese es mi gran fallo. Dejo la vida fluir como el que vierte una garrafa de agua y en vez de levantarla ipso facto, la mira, deja el agua caer lentamente hacia el sumidero sin plantearse si quiera aprovecharla. A veces me planteo si estoy aprovechando mi vida como quiero hacerme creer cada vez que digo eso de "yo prefiero vivir que ser la más empollona del cementerio"... ¿Vivir? ¿A qué me refiero exactamente con "vivir"? ¿A "salir, beber, el rollo de siempre"? ¿Qué es para mí vivir? Por lo visto vivir es desaprovechar mi tiempo con cosas que no hacen evolucionar a mi persona. Para mí vivir no es forjarme un futuro, pues es probable que no lo tenga (siempre he pensado que moriré joven). Para mí vivir es una sensación compuesta a su vez de pequeñas sensaciones, detalles. Sentirme viva es tener el corazón latiendo a velocidades insospechadas por un penalti, por una película, por un beso en los labios. Para mí vivir es latir, sin duda alguna. Sin latidos, sin palpitaciones, sin sentimientos de cualquier tipo, yo no podría mantenerme en pie. A mí no me vale una vida responsable. Necesito complejidad, necesito una vida caótica, sin sentido, pero con sentimiento. Para vivir sólo necesito vivir, vivir, vivir. Necesito un escalofrío propiciado por una caricia de alguien especial, necesito un roce de labios, una palmadita, una mirada, un olor, un sabor a aire fresco, nuevo. Necesito sentir para seguir viva, por eso noto cómo me apago por momentos... Por eso sé que me mantengo a base de pequeños destellos en ciertos momentos, y así sobrevivo. Así llevo nueve meses sobreviviendo.

Dios mío qué párrafo tan denso, no quiero ni releerlo, porque me pongo a borrar y me quedo sola. ¿Cómo me puedo ir por los cerros de Úbeda tan fácilmente? ¿Tan cambiante soy?

El caso es que apagué la tele hace un rato, y ahora supongo que me vestiré, me quitaré el esmalte de uñas que tengo ya más que desgastado, y me las pintaré de un color nuevo, y cuanto más fosforito, mejor. Que se me vea. Que por lo menos por fuera, parezca que estoy más viva que nunca. Todo son apariencias...

Ah, querido diario, quizá mañana no te escriba, ni tampoco pasado, te lo digo para que no te asustes, y no tenga que pedirte perdón por tardar tanto cuando vuelva.


No hay comentarios:

Publicar un comentario