6 jun 2012

Pues eso, "a lo que salga."

Y después de más de un mes, aquí estoy. No me he ido. ¿Cómo iba a hacerlo? De ninguna manera, claro. El caso es que yo también me pregunto por qué hace tanto que no le doy a las teclas. Y no es que no escriba, que lo hago, pero lo hago en papel, como antaño, cuando yo y sólo yo podía leerme. He vuelto. El día antes del examen más importante del cuatrimestre, he vuelto. La noche antes de un examen que bien es sabido que aun siendo la asignatura más placentera para mí de toda la carrera, será una catastrófica hecatombe, como todo.

Hoy voy a ser como Unamuno, y voy a escribir "a lo que salga". Como si quiere salir por mis manos mi indignación con la Universidad. Que aunque no queramos verlo, no sólo no ha evolucionado desde los tiempos del gran Ortega, sino que además, hemos ido hacia atrás como los cangrejos. ¡Quién pudiera disfrutar de las clases de un profesor entusiasta como Giner de los Ríos! O mucho mejor, del poeta entre los profesores y profesor entre los poetas: el gran Pedro Salinas. ¡Qué no daría yo! Por deshacer todo lo que está tan y tan mal hecho, y rehacerlo con hilos de entusiasmo, con ganas de enseñar, de enseñar a aprender, a vivir. Crearía una Facultad de Cultura, como la que propone Ortega, y cambiaría el chip de todos los alumnos absurdos (yo la más primera de todos) que nos matamos por la obtención de seis créditos más, y ni siquiera nos paramos a pensar para qué cojones nos van a servir esos créditos unos cuantos años después. Pues para nada, claro. Seremos títulos andantes como tantos hay ya en este país. Títulos con patas de palo que cojean al rededor de este país hecho a imagen y semejanza de los habitantes del mismo. "Tenemos el país que nos merecemos."

Absurda conexión. Sentir. Desear que el tiempo pare. ¿Cuántos meses hacía de eso? Hacía tiempo que no sentía tanta paz. Pero nada. Como siempre. Nunca fui, soy, ni seré suficiente. Aunque por un instante me sentí la reina de mi mundo, por conseguir por vez primera algo que deseaba anteriormente. Pues sí, gané una hora de falso cariño de alguien a quien ni conozco. ¿Y qué perdí? Ah, sí, NADA. Con mayúsculas. Así que ni pizca de arrepentimiento, y a otra cosa mariposa. Como el examen de mañana, por ejemplo.

Me duermo. Noto cómo van cayendo mis párpados y las paredes se derriten a mi alrededor. Cómo mi piel ardiente se deshace con el no-paso de la brisa de la noche veraniega, ajena al cataclismo que sufren mi cuerpo y mi alma, encerrados uno en otra, otra en uno. Escribo "a lo que salga", sí, por eso últimamente no publico nada. He vuelto, ya lo he dicho. He vuelto a una etapa que ya creía superada. Una etapa en la que escribir con pílot me desahogaba mucho más que hacerlo con un teclado. Ya no me apetece ser leída y juzgada por mis palabras. Ahora me arrepiento de haber hecho público este pequeño espacio que iba a ser en principio, un lugar mío, de mí, para mí, personal e intransferible. Pero al igual que en mi propia vida, fui dejando entrar a la gente. No sé cuántas mil visitas van, y pesan. Porque al fin y al cabo no es esto más que una manera de sacar a relucir mi Yo más profundo, y siempre fui muy celosa conmigo (aunque probablemente ninguna de las que leáis esto penséis lo mismo). Y digo "las", claro ¿para qué nos vamos a engañar? Si sois mujeres, vosotras, las que rodeáis mi vida. Madre, hermanas, compañeras de clase (por todos es sabido que en letras predominamos en género y número), compañeras de equipo, amigas... Sois vosotras las que estáis. Y no es que los odie, es que ellos nunca me han querido, seamos realistas, no es que ellos no sean para mí, es que cada día tengo más claro que yo no soy para ellos. Y no es que no los quiera, que lo hago, y quizá en otro tiempo los amé, claro... Pero no hoy. Hoy es Junio, y el calor me abrasa las ideas. Si fuera dulce Noviembre, pero de 2010 que fuera... Qué sonrisa boba. Y cerrar los ojos y abrir el alma al recuerdo. Vivir en el recuerdo, esa es mi condena. Y lo será toda mi amarga vida...¿Qué estaba diciendo? Ah, sí, que (parafraseandome a mí misma) "yo, como el gran Miguel de Unamuno, suelo escribir a lo que salga".

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