6 sept 2012

Diario, Diario, Diario...

Han pasado muchas cosas desde que no te escribo, pero como esto no es un diario real, no pienso contártelas todas.

Ayer te escribí, no sé si te acuerdas, y después lo borré, e incluso te cerré al público, Diario, fui egoísta, y te quería sólo para mí. Yo y mis revelaciones... Total, que más tarde o más temprano me di cuenta de que tú naciste por mí, querido, pero que no existes sólo para mí. No puedes existir sólo para mí, porque prácticamente nunca escribo para mí, de hecho creo que jamás he escrito para mí. Y es que ayer le dije a ella (hoy te toca ser 3ª), que es mi segunda persona del singular favorita. Y es que todos mis tús, son ella. Porque a ella le gusta leerme, y a mí (aunque lo niegue) me encanta que me lea. Y eso es otra de esas cosas que no creo que cambie nunca.



¡Ay, Diario! Ayer volvimos a odiarnos un poco, como las otras veces, pero somos incapaces de desunirnos, aunque no nos entendamos, aunque nos planteemos nuestra absurda relación cada día de nuestra vida, aunque seamos autodestructivas y todo el mundo lo sepa... Al final terminamos volviendo a unirnos como polos opuestos de dos imanes tan distintos... "Como los trozos metálicos se adhieren al imán..." Somos tan diferentes, que al final somos exactamente iguales, y nos molestan las mismas cosas de siempre de la una y de la otra, y no lo podemos evitar, aunque hay otras muchas cosas que no podemos evitar Diario, y eso es lo que nos mantiene pegaditas "Como dos cucharas juntas que se atreven a encajar..."



Y bueno, a parte de eso, es mi cuarto día sin humos, y estoy sufriendo más de lo que esperaba. Hay momentos en los que me es más necesario que otra cosa. Y más porque no dejo de fumar por mí, ni por mi salud. Sé que moriré joven, así que eso no me preocupa. Dejo de fumar porque no me lo puedo permitir, y sobre todo, porque quiero superarme a mí misma futbolísticamente, porque quiero ser mejor, porque creo que aunque ya sea viejita, puedo seguir creciendo, y eso implica no morir en la segunda carrera.

Y después de contarte todo esto, voy a seguir con Cárcel de Amor, con el desequilibrado de Leriano y su locura de amor, no sé a quién me recuerda ese "enamorado literario" en estado puro...

¡¡Buenos días!!

"Quiero creer que alguna vez fui capaz de transfigurar tu miedo en calma... Quiero trazar constelaciones uniendo cada lunar en tu espalda... Quiero bailar nuestro último vals... Que todos nos vean bailar..."

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