20 sept 2012

¡Tururú!

Ayer tomé una decisión y hoy la corroboro y la comparto con vosotras:

Se acabó lo de sentir. Llega a mi vida una etapa en la que quien manda no será mi estúpido corazón que siempre elige fatal, sino mi chichi. Así de vulgar, soez y obsceno. A partir de ahora soy más hombre que nunca, y pensaré según mis apetencias sexuales y no las sentimentales, que llevo demasiados años haciéndolo, y jamás ha dado resultado. Y punto.

Me he aburrido de sentir tanto, es agotador a la par que inútil. 

Ha pasado nada más y nada menos que un año, doce meses, trescientos sesenta y cinco días, con sus respectivas horas, minutos y segundos. Ha pasado todo ese tiempo. El verano dio paso al otoño, éste al invierno, después primavera y de nuevo verano. Ya terminó todo, y ya no puedo permitirme volver a llorar por esto. Ya se acabó. Ya he asumido que la vida son etapas. Y que si las cosas son así es porque tienen que serlo por alguna razón que un día descubriré...


No hay comentarios:

Publicar un comentario