5 abr 2012

Que no, que no..


Un día miré, noté y envidié. Envidié mucho. Y, claro, mentí. Me dije que no era envidia, me dije que no me importaba. Pero mentí.
Los vi sonrientes, de la mano. Escribiéndose obviedades. Pegajosos empalagamientos. "No me hace falta". Mentí. Los vi flotando en nebulosas edulcoradas. Todos pares. Ya no me engañanaba mi mentira. Mi mentira que creé para no sufrir. Nací con esa necesidad creada. Nací con esa necesidad de ti. Me engañé, hasta que explotó la mentira, con no necesitar de nosotros más de lo que hay. Pero sí. Y me exprime. Y ya no hay mentira que me tape. De lo falso, surgió lo vacuo. Por más que lo quiera. Por más que te quiera y tú a mi. Tú y yo no. Tú y yo, no hacemos cosas de dos.


Ms. B.T.

1 comentario:

  1. Es doloroso (a la par que jurásico) leer ésto... Y por más veces que lo lea, por más veces que te lea, me sigue doliendo como si fuera mía tu angustia, como si tuyo fuera mi cerebro, y míos tus abatidos sentimientos. Me dueles, querida, cuando te leo ésto. ¿Crees que debes hacer algo? ¿O simplemente dejar el agua correr como si pensaras, como si sintieras que nada de eso te hace falta? ... No sé qué haría si fuera tú (que a veces me doy cuenta de que no lo soy), pero no quiero que te duela, no quiero que me duela. Así que háztelo mirar. Y Zen. No te digo más. Y ahora voy a escribir, porque me apetece un montón. No sé qué saldrá... Ni si saldrá. =) ¿Te he dicho alguna vez que te quiero? No muchas, lo sé. Pero a nosotras sí que no nos hace falta. Sobran palabras. ;)

    ResponderEliminar