20 nov 2011

Una prueba más de que estoy majareta sin remedio.



 
Perturbada. Esa es la palabra. 

De una manera extrañamente mágica me absorbió sin remedio. No pude evitarlo. (Aunque tampoco quise, sinceramente.) Me absorbió y lo noté porque me espoleó. Aguijoneó mi alma en el preciso momento en que cruzamos miradas e intercambiamos cinco o doce palabrejas sin sentido alguno. Absurdas estupideces que dices en los momentos en los que aparece alguien que te cautiva con sólo existir. ¡Qué locura! ¿Cómo va a ocurrir eso en la realidad? Que no estamos en una estúpida película o un best seller mal avenido, que estamos en el jodido mundo real. Que aquí la gente no se obnubila con una persona por sólo cruzar miradas. Que no. 






Estrambótica-mente-desastrosa. Digamos que es una gran definición. Si tomamos como referencia la mezcolanza de estupideces y paranoias varias que por mis neuronas navegan como simples canoas de madera que no soportan ni mi peso ni el de mi acompañante. Tú. Que me has robado las noches y te has quedado mis pensamientos para ti. Me has secuestrado. Me has embelesado con el simple hecho de regalarme tu existencia, tu aparición fugaz en mi vida. Puede que no volvamos a vernos, y puede que un día te pregunten por mí y pienses que no me has conocido nunca. Pero ¿y si no? ¿no podría ser que resultaras o resultases ser tú y que has tenido que aparecer porque el curso de la historia así lo precisaba? ¿tan imposible es? ¡Qué locuras! ¿Tú? ¿Pero cómo es posible? Me rindo ante tu pre-au-sencia. Me rindo ante tus palabras y tus no-palabras. Tus historias que me suenan a las mías. Me rindo ante ti. 

Sensaciones. 

Inventando palabras y descubriendo letras nuevas, letras de otro abecedario, uno tan diferente y semejante al mío que me estremece y por supuesto, por su puesto, me perturba.
Perturbada, sí. Esa es la palabra.

1 comentario:

  1. Majareta pero para bien, querida.
    Yo te prefiero así. (Sonrisote)
    (Esto es menos reprimenda, ¿no?)

    ResponderEliminar